Muchos de nosotros quizá haya escuchado en la televisión, en la radio, leído en algún articulo ó simplemente nos han contado acerca del término de "Inteligencia Artificial", que con tan sólo escucharlo nos imaginamos en dispositivos electrónicos, robots capaces de realizar tareas y trabajos. En pocas palabras la inteligencia de las computadoras.
Esta idea es correcta si nos referimos al ámbito de las computadoras, sin embargo quizá algunos ya sabrán que la Inteligencia Artificial tiene que ver con el esfuerzo que ha hecho el hombre por crear y desarrollar sistemas dotados de enorme inteligencia que se asimilen lo más cercano posible al cerebro del ser humano.¿Complicado?, pues cada ves la frontera Robot-Humano se hace más invisible. Este proceso por el cual el hombre trata de desarrollar una comunicación con algún sistema inteligente ya es un tema de poderoso impacto social para médicos, neurocientíficos, físicos, filósofos de linguísitica, religiosos, y por supuesto para los expertos en robótica.
Hoy en día existen un sinfín de máquinas capaces de aprender a ejecutar acciones, realizar cálculos matemáticos con gran rapidez, hablar con las personas y por ello podemos asimilar que ya se ha alcanzado al hombre en su inteligencia, sin embargo existe un paso muy gigantezco que hacen del hombre un ser poderosamente inteligente y superior al robot más avanzado del mundo, este gran paso tiene que ver con la posibilidad de entender y comprender cada uno de los conceptos que rodean al hombre con su sensibilidad, es decir, de poder aprender mediante lo que denominamos "emociones".
Quizá ya muchos han escuchado en las noticias sobre los famosos robots con sentimientos, que sin bien es cierto, el robot es capáz de expresar en su cara estados de ánimos según la persona le esté hablando. En esta parte hay que aclarar que el robot está programado para mover una ceja, sonreír o enojarse según el tipo de sonido que logren captar los sensores. Un ejemplo de ello está en el tono de vos; si a un robot se le grita sus dos cejas se moverán de tal manera que se vea triste, si se le habla con alegría, entusiasmo, y de manera rápida, el robot moverá su boca como si estuviera sonriéndonos.
A pesar de ello, se tiene que especificar que los sentimientos que experimentamos los seres humanos son muy distintos a los del robot. El robot es incapaz de enamorarse de una persona y sentir el amor puro, oler un delicioso pastel de chocolate y sentir esa sensación de agua en la boca, sentirse nervioso ante cualquier suceso, o simplemente ponerse triste por la muerte de algún ser querido. Los sentimientos humanos y las emociones nos nacen desde adentro, son elementos que pueden cambiar nuestro estado de ánimo; cuestión que para un robot le es incapaz de hacer.
Los seres humanos experimentamos sentimientos al igual que los robots, la gran diferencia radica en el sentimiento; es decir, los sentimientos del robot son propiamente de un robot, mientras que la de los seres humanos son propias del mismo.
Programar la intelignecia artificial está resultando mucho más complicado de lo que se había supuesto. Para las criaturas biológicas como nosotros, el pensamiento nace de nuestra capacidad para reaccionar ante el entorno. Con el simple hecho de caminar por una calle o una avenida, una acción tan simple para nosotros, resulta asombrosamente complicada para un robot (equilibro, percepción, movimiento, orientación, capacidad para adaptarse a un medio constantemente cambiante), ya que requiere un instinto para interpretar el mundo que es casi imposible de programar en un robot.